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EL ÚLTIMO BOLERO

Foto del escritor: Salvador GarcíaSalvador García

Actualizado: 19 ago 2022


Recién estrenado el siglo XXI, fui invitado por el gobierno cubano a impartir una conferencia-taller en un teatro de La Habana sobre «Capitalismo Sensible y Dirección por Valores». Fue por medio de Pharos, una empresa de consultoría estratégica española de la que formé parte en su inicio. De forma altamente innovadora para ellos en aquel momento, los participantes incluso pagaban un coste de inscripción, que recuerdo era de 50 dólares americanos.

Ya conocía parte de la realidad cubana a través de un par de ediciones de cursos que tuve la ocasión de dirigir y ofrecer a líderes cubanos en la Universidad de Barcelona.


Haciendo ejercicios sobre valores de la revolución cubana a conservar y valores del capitalismo a incorporar, comprendí que antes del cambio político y económico necesario en Cuba era preciso un cambio cultural, y que existía un buen grupo de intelectuales cubanos que estaban en ello.


Entre otras cosas, mostraban un claro interés por formar en las universidades del país en un modelo que fuera más allá de la Dirección por Objetivos y que tuviera en cuenta los valores de la revolución cubana, tales como la imaginación y la igualdad. De ahí su interés por la Dirección en Valores desde las más altas instancias políticas del país. Incluso tuve ocasión de ver cómo mi libro estaba fotocopiado y totalmente subrayado y lleno de anotaciones manuscritas en manos del entonces poderoso Ministro del Azúcar. Fue un placer obsequiarle con un ejemplar nuevecito que llevaba en la maleta. Dado el interés por el libro en el país, hice gestiones con la editorial McGraw Hill para que hicieran un envío de varios miles de ejemplares a precio de coste, renunciando por mi parte a los derechos de autor y por parte de la editorial a los costes de distribución, lo cual lo hacía considerablemente más barato. Sin embargo, dado el embargo de bienes culturales a Cuba por parte de los EE.UU. en aquella época, el envío de los libros desde España fue vetado desde las oficinas de Nueva York. Así que el libro se siguió fotocopiando de forma masiva. Durante el seminario en La Habana tuve ocasión de realizar diversos ejercicios formativos con incipientes emprendedores cubanos. En uno de los grupos de trabajo, compuesto predominantemente por ingenieros y economistas formados en la antigua Unión Soviética, se planteó crear una empresa funeraria. Siguiendo mi recomendación de que el nombre de una nueva empresa reflejara su «alma» y que era un importante factor de diferenciación y atractivo en el mercado, apareció una propuesta que reflejaba a todas luces el espíritu cubano: EL ÚLTIMO BOLERO. Sin embargo, a la hora de formular sus valores instrumentales, su formación soviética les hizo proponer valores tan pragmáticos como cumplimiento y limpieza. Lo mejor fue que, al estimularles a que también escogieran valores «más resonantes con la cultura caribeña revolucionaria, más éticos y emocionales», surgió una fantástica palabra: amorosidad. Entre el regocijo general, la presentación teatral de El Último Bolero, tuvo un éxito clamoroso.

Una de las observaciones que pude realizar es que todas las incipientes empresas cubanas tenían formulada su Misión, pero que ninguna de ellas tenía una Visión, e incluso les resultaba algo violento utilizar este término. Finalmente, me confesaron en tono secreto que en la isla no estaba bien visto que las empresas formularan una Visión, pues la única visión oficial era la que tenía el Líder, ni siquiera se atrevían a pronunciar el nombre de Fidel Castro, e incluso se limitaban a realizar un gesto como de mesarse la barba del mentón para referirse a él: «al barbas». Por supuesto, limitando la soberanía personal y la iniciativa emprendedora es imposible el florecimiento de un auténtico Liderazgo por Valores, con el consiguiente empobrecimiento ético, emocional y económico. Al finalizar el seminario, un espontáneo de la audiencia leyó un poema titulado Gracias, Camarada Profesor que me hizo saltar las lágrimas de capitalista sensible en búsqueda de otro mundo mejor.

 
 
 

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©2022 por Salvador García Sánchez.

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